Claves para tener exito
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Conózcase usted mismo.
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Sea autónomo.
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No intente ser bueno en todo (ríase 1° de sus defectos).
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Nadie triunfa sin ser amado (salude, agasaje, sonría).
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Esté informado (pero no sobreinformado).
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Actualice lo que sabe.
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Equípese (descarte lo preconcebido, sea creativo).
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Organice su tiempo y respete el tiempo ajeno.
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Cuide su imagen (aprenda a vender).
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Mejore el promedio.
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Rodéese de las personas adecuadas.
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Asuma riesgos evaluados.
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Cuídese de las adicciones (también al trabajo).
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No derroche su tiempo (invierta en su futuro).
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Negocie lo que le conviene y no ceda mas allá de ello.
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Diga que si cuidándose, diga que no cuidando al otro.
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Aprenda de sus fracasos (o volverá a fracasar).
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Si lo cree necesario pida ayuda.
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Vuelva a empezar tantas veces como sea necesario.
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No dude en el resultado final.
Tomado de la página de Jorge Bucay.
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Trucos para no depender de la
aprobación
Lo más importante es mentalizarse de que es imposible estar de acuerdo
con todo el mundo. Piensa que digas lo que digas al menos la mitad de la
gente estará en contra de tu opinión. Entonces, cuando alguien no esté de
acuerdo contigo, piensa que es una de esas personas. Cuando comprendas y
esperes la posibilidad de crítica, dejarás de interpretarla como una ofensa
personal, y comprenderás que estar en desacuerdo con tu opinión no significa
un rechazo a tu persona. Esta es siempre la base de toda acción para superar
el problema, pero existen también otras estrategias o trucos para
corregirlo.
Resulta irónico, pero lo cierto es que la gente que parece conseguir
mayor cantidad de aprobación es precisamente la que nunca la busca, que no
la desea y a la que menos le preocupa conseguirla. Por supuesto que nadie
conseguirá nunca la aprobación de todo el mundo por todo lo que hace, pero
al valorar la propia opinión y por ende a uno mismo, dejará de preocuparse y
deprimirse por no obtener la aprobación de los demás.
- Formula las objeciones con el sujeto "tú", declarando y comprendiendo
siempre que la desaprobación le pertenece a tu interlocutor y no a ti. De
esta forma evitas pensar con "yo", es decir, suponiéndote en la necesidad
de defenderte y modificar tu opinión para lograr la aprobación de los
demás.
- Busca intencionadamente la desaprobación de los demás, tocando temas
en que les sabes contrarios a ti. De esa forma te acostumbrarás a
enfrentarte conscientemente a su falta de aprobación y ampliarás tu
repertorio de recursos para superarlo sin necesidad de complacerlo a tu
costa.
- Ignora, simple y definitivamente, las muestras de desaprobación de los
demás. Así te demostrarás que tu opinión acerca de ti mismo es más
importante que la de los demás, y no te dejarás influir por ella.
- Pregúntate si las cosas te irían mejor si todos estuvieran de acuerdo
contigo. Piensa que lo que los demás opinen sólo tiene efecto sobre ti si
tú permites que así sea.
- Piensa que tu opinión puede ser acertada aunque no goce del consenso
de todos, o de nadie más. Y piensa también que la opinión más extendida
puede ser, lo ha hecho con frecuencia, la más equivocada. Así las cosas,
¿por qué discutir para convencer a nadie de lo acertado de tu opinión?
- Acostúmbrate a comprar sólo tu ropa y otros objetos, sin depender de
la opinión de otros para garantizarte así su aprobación. Viste como te
gusta, y que no te importe la opinión ajena.
- No busques en la ratificación de otros un seguro para tu aprobación,
con frases como: "¿no es cierto, Carlos?" o "pregúntaselo a Luis".
- Fíjate en una conversación, en el tiempo que estás hablando tú y el
que los demás acaparan la conversación. Lucha contigo mismo por no ser el
que menos habla y por no hacerlo sólo cuando se solicita tu opinión.
También puedes fijarte en cuántas veces te dejas interrumpir por los demás
y cuántas veces cedes tú cuando hablas al mismo tiempo que otra persona.
- Evita hablar siempre con preguntas, buscando de esa forma la
aprobación al delegar en el otro la responsabilidad de la afirmación. No
digas "Hace buen día, ¿verdad?" sino "¡qué buen día hace!"
En conclusión, la aprobación es una gran cosa, y es muy agradable
sentirse aceptado. Nada tiene de malo pretender ser aceptado por la gente y
de esa forma estar integrado en el grupo o la sociedad. El problema surge
cuando este deseo se convierte en una necesidad, y no lograrla resulta
doloroso. Vencer este problema resulta muy difícil porque es algo que nos ha
sido inculcado desde nuestro mismo nacimiento. Estos pequeños ejercicios
pueden ayudarnos a empezar a vencerlo, pero sólo lo harán con la práctica.
De nada sirve leerlo y estar de acuerdo. Su utilidad sólo será real cuando
los apliquemos a nuestra vida cotidiana.
Selección de enseñanzas extraídas del libro "Las Puertas
de la Felicidad", por Zelig Pliskin
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