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El arte corre por las venas del los dominicanos como parte esencial de sus
vidas manifestándose en aspectos simples de las mismas
La pintura y
escultura dominicana empezaron su desarrollo con la emigración de artistas
e intelectuales españoles que huyendo de la guerra civil española se
establecieron en nuestro país.
A través de su influencia nació la Escuela de Bellas Artes y desde
entonces el arte dominicano ha dado frutos magníficos en pintores y
escultores reconocidos tanto nacional como internacionalmente.
La herencia artesanal data desde tiempos de los taínos, artesanos por
naturaleza y prevalece con la manufactura a la manera taína de bateas,
higüeros, hamacas, macutos y cestos, los cuales son piezas importantes de
la artesanía dominicana actual.
Con la asistencia del ceramista español Antonio Sánchez y de auxiliares
formados en el Centro Nacional de Artesanía (CENADARTE), se dió paso al
entrenamiento de los artesanos en técnicas de moldeo, de quema a alta
presión, de decorado de las piezas, introduciéndose nuevos modelos y
tecnología moderna, bajo un programa de crédito a grupos asociados en
cooperativas.
El resultado no se hizo esperar. Prontamente surgió en el mercado una
muñeca estilizada. Las llamadas Muñecas de Limé forman parte por igual de
la artesanía actual, de rostro anónimo, con vestido largo, cargando agua
en tinajas, vendiendo frutas u ofreciendo flores, con la cabeza recubierta
por un pañuelo de Madrás o bajo un elegante sobrero alón.
Las piezas de Artesanía Limé, por su calidad artística y técnica, han
tenido una fuerte demanda tanto nacional como internacional,
convirtiéndose esta muñeca en un verdadero símbolo del país, y ensanchando
el espacio para otros diseños en muñequería.
El ámbar, piedra de color marrón amarillento formado por la resina de
los árboles y cuya característica principal es que frecuentemente contiene
fósiles de insectos y pequeñas plantas ya extintos, es la piedra
semi-preciosa nacional. Hermosas joyas, aretes, collares, carteras y otros
se elaboran del ámbar. Los museos de ámbar en Santo Domingo y Puerto Plata
poseen bellas colecciones, además de que diversas piezas pueden ser
obtenidas en casi todas las tiendas de artesanía del país
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El Larimar es igualmente reconocida como piedra preciosa. Su color azul
cielo la hace idónea para bellas piezas de joyería así como para
decoración. El larimar se encuentra sólo en nuestro país, así como el
ámbar azul, único en el mundo.
" La pintura
dominicana tomó su forma definitiva durante los años 40, en plena dictadura
de Rafael Trujillo (1930 -1961).
A la fundación de la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1942, se integraron
renombrados dominicanos como Celeste Woss y Gill, Yoryi Morel, Jaime Colson
y Darío Suro; además, artistas profesores que venían huyendo de la
Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Civil Española, como los judíos
alemanes Joseph Fulop y George Hausdorf y los españoles José Gausachs y
Manolo Pascual, lo que permitió elaborar un programa docente contemporáneo a
la altura de cualquier academia europea de la época.
De ese
período de oro de la ENBA salieron figuras cimeras como Gilberto Hernández
Ortega, durante los 40, y Eligio Pichardo y Paul Giudicelli en los 50. A estos artistas les tocó vivir los anos más fieros de la dictadura
de Rafael Trujillo."...
Es precisamente en esta época cuando se forman Domingo Liz, Silvano Lora,
José Rincón Mora, Guillo Perez, Ada Balcácer y otros grandes nombres de la
pintura nacional.
En las décadas que siguen, otros grandes artistas como Cándido Bidó, Iván
Tovar, José Ramírez Conde, Vicente Pimentel, Soucy Pellerano, Fernando Ureña
Rib, Said Musa, para sólo citar algunos de ellos entre muchos,
afirman el prestigio del arte plástico dominicano a nivel internacional
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