Revisar el pensamiento
No nos es fácil traducir en palabras nuestros pensamientos o
sentimientos más profundos. Al momento de convertir esas ideas en oraciones
y párrafos -que reflejen realmente aquello que pensamos o sentimos- nos
enredamos; nos complicamos. Así, volvemos atrás y empezamos todo de nuevo
-una y otra vez- hasta agotarnos. Muchas veces no encontramos las palabras,
o expresiones adecuadas y nos quedamos con el deseo de decirlas a flor de
piel, pero sin poder realizarlo.
A Betina -una compañera de trabajo- le sucedía lo mismo cada vez que
intentaba comunicar algo importante a alguien: ya sea su jefe, sus hijos, o
incluso un amigo muy querido al que necesitaba hacerle una confidencia. Las
palabras "no le salían" o, en medio de su relato, se encontraba enredada en
su propias palabras. Terminaba sin saber qué estaba diciendo y muchas veces
su mensaje era contradictorio...
Estas situaciones le traían muchos problemas, tanto en su ámbito profesional
como en su vida personal: malos entendidos, confusiones y desinformación.
Sentía que no podía "ordenar en palabras" lo que le sucedía y que esto, la
hacía ver frente a los demás como demasiado parca, antipática, o incluso
poco capaz.
Sin embargo, mientras pensaba acerca de aquello que le ocurría, empezó a
escribir sobre un papel estas ideas desordenadas. Y de pronto se encontró
entusiasmada en su tarea: se dio cuenta de que, en realidad, muchas de las
ideas que creía tener tan claras no lo estaban tanto y era justamente por
eso que le costaba expresarlas.
Poder volcarlas en papel y volver sobre ellas -las veces que fueran
necesarias- le permitió revisar su propio pensamiento, aclarar sus ideas
para ella misma y simplificar aquellas cuestiones que -en un principio- le
parecían muy complejas.
Para ella, esta simple técnica se convirtió de pronto en una herramienta
para pensar, en una guía ordenadora del pensamiento (que le permitía, por un
lado, sentirse más segura al momento de expresar sus sentimientos y, por el
otro, empezar a conocerse mejor y más profundamente a sí misma).
Poder expresar las cosas importantes que nos pasan: los sentimientos, los
pensamientos, o las nuevas ideas, puede volverse -en muchos casos- algo
sumamente complicado! Sin embargo, un pequeño esfuerzo adicional nos puede
asegurar el éxito en nuestras comunicaciones y traernos resultados
inesperados. Realizar un trabajo previo, volcando antes nuestras ideas y
pensamientos sobre un papel, puede ayudarnos a ver cosas que estaban ocultas
en nosotros y, también, a mejorar sustancialmente nuestras comunicaciones.
Club de la Efectividad
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